Mucho está dando que hablar la observación del martín pescador gigante (Ceryle alcyon), la pasada semana en Murcia (por parte de Antonio J. Hernández, autor también de esta estupenda foto).
Otros colegas opinan en sus blogs, y yo no voy a ser menos. Contando de antemano con que el lugar de la observación es altamente sospechoso (varias rarezas extremas en los últimos años, debidas probablemente a escapes), es cierto que hay dos factores que permiten hacernos soñar con un divagante genuino:
en primer lugar, y para mi más importante, el ave es un primer año. Es sumamente difícil criar con éxito este tipo de aves, y las aves juveniles son siempre más propensas a equivocar su ruta migratoria natural. Por otro lado, la fecha cuadra perfectamente con los antecedentes disponibles hasta ahora para Europa.
Con todo, el lugar queda muy a desmano de una clara divagancia.