jueves, enero 15, 2009

Un cernícalo hambriento

Sucedió la semana pasada en Málaga, mientras la mitad del equipo e-gulls escaneaba gaviotas en busca de anillas. Sobre los montones de pipas, cientos de gaviotas, palomas, tórtolas turcas, estorninos y pequeños bandos de fringílidos que acudían a cebarse con las semillas de girasol.


Como suele suceder, los oportunistas aprovechan cualquier ocasión para obtener una ración extra de alimento...vivo. Las patiamarillas cazan a las palomas que se despistan, los gatos a las reidoras y los cernícalos a los pobres verderones, verdecillos y jilgueros.

Esta hembra de cernícalo tenía mucha hambre, pues en sus garras tiene apresados a dos desafortunados pajarillos: un verderón y un verdecillo.

Por si uno no era suficiente, mejor dos.

Al final, la presión pudo con ella y dejó el cadáver del verderón, no así el verdecillo, que debía ser más sabroso.

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