Día soleado, este sábado 11/11/06. Salimos de Manuel Becerra Susana, tomatito, y el que suscribe. Primera parada: Soto Mozanaque, en Algete. Destacable únicamente 2 hembras de ánade rabudo (Anas acuta). Además, varios porrones comunes, fochas, zampus chicos, una parejita de cucharas y azulones. En las charcas contiguas, de 3 a 5 garzas reales.
La siguiente parada, embalse de Pedrezuela. Con un nivel muy superior al de mi última visita (71,7%), el agua llega ya casi al puente del Guadalix. En la balsa de agua, lo primero que llama la atención son las toneladas de basura y desperdicios que el aumento del nivel del agua ha llevado a flote. Inserto foto, para que sirva como denuncia de este comportamiento tan asqueroso y lamentable de los pescadores (nacionales y de europa del este la mayoría).
Contabilicé, nadando entre la basura, 160-180 porrones comunes, 8 porrones moñudos (3 machos), y decenas de fochas, azulones, zampullines chicos y algún somormujo lavanco.
Gaviota reidora nadando entre la inmundicia
que los pescadores sin escrúpulos abandonan.
Grupo de Porrones comunes (Aythya ferina) azulones (Anas platyrrhynchos).
Ya en la cola del embalse, cerca de Guadalix, las orillas estan cubiertas de vegetación, por lo que resulta difícil la observación. Aún así, la mañana habría de depararnos gratas sorpresas: entre azulones, fochas y gaviotas reidoras, 5 avocetas (Recurvirostra avosetta) nadaban en aguas bastante profundas (ver foto), un comportamiento que raramente había observado antes. Gracias a Susana por localizarlas, casi las doy por reidoras, jeje.
Grupo de 4 avocetas nadando en aguas relativamente profundas. A la izquierda, una gaviota reidora.
La zona estaba repleta de vida: gaviotas sombrías (+10), los ánades ya dichos, varias garzas reales, 21 cigüeñas blancas (3 de ellas anilladas).
La última sorpresa del día se encontraba entre los matorrales altos ,justo detrás de un grupito de garzas reales: 1 garceta grande (Casmerodius albus), sin duda la misma que localizó Alfredo hace dos semanas. Muy precavida, el ave se mantuvo a la expectativa, cuello estirado, mirando a los extraños ornitólogos intrusos.
No sé si fue la luz, que llegaba muy intensa y de lado, pero las fotos me salieron todas con los blancos quemados, además de la distancia.
Garceta grande
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