martes, julio 15, 2008

El pájaro serpiente

(Dedico esta entrada a Honorio Iglesias, naturalista segoviano cuyo relato copio íntegro a continuación. Gracias Honorio.)

Mi padre que fue niño de pueblo de los de la posguerra, de los que cada temporada criaba al menos un primilla caído de los tejados, o gavilucho de uñas blancas, como ellos los llamaban, alimentado con pajarillos que cazaban con costillas, de los niños que subían las tapias para comer huevos de paloma, parte por entretenimiento parte por hambruna. De los que cogía culebras de agua y se las guardaba en el bolsillo de la camisa, olvidándolas allí para susto casi mortal de mi sufrida abuela, en definitiva de los niños sin playstation, sin bicicleta, sin tele y si me apuras sin balón, cuyo entretenimiento estaba en buscar nidos, cazar lagartijas y criar gaviluchos.

Pues bien, mi padre me contaba que había entre los muchos pájaros que los niños conocían un pájaro muy desagradable, a todos les creaba cierto desasosiego, un pájaro que si lo veías posado en la rama de la encina te seguía con la mirada haciendo extraños gestos con el cuello, que si te asomabas al agujero del nido en el viejo quejigo parecía que se hubiera guardado para defenderse una culebra que resoplaba en su interior, en definitiva, el pájaro de madera, el torticuello (pues así conocían al torcecuello).

Yo quería saber como era aquel pájaro tan especial, Félix me lo enseñó, primero en mi enciclopedia de la Fauna Ibérica, que mis padres me hicieron cuando sólo tenía 5 años y luego en el Hombre y la Tierra, el mapa de distribución de la enciclopedia no dejaba claro si en Segovia estaba o no, mi otra “Biblia” La fauna de la Provincia de Segovia, no lo mostraba. Es curioso que las fotos de esos libros que tenías de pequeño te hacían alucinar con un pájaro o casi aborrecerlo, dependiendo de la pose, el colorido o la calidad de la foto. Ni que decir tiene que pasaron muchos años hasta que pude ver el primero, y aún hoy no puedo decir que lo haya visto mucho, para el que esté como yo, aquí tiene un regalito, el pájaro serpiente
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Torcecuello - Jynx torquilla - Wryneck. Segovia, central Spain

Segovia's traditional heritage consider this bird with mistrust, due to its particular behavior, moving the neck following the intruder and snorting in the nest like a snake. Thats why we call this beautiful creature the snake-bird, "el pájaro-serpiente" in spanish.

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