Van unas fotos de fumareles cariblancos (y una pagaza de regalo) tomadas en mi segunda casa, Alcázar de San Juan. Es bonito contemplar los vuelos nerviosos de los fumareles cerca del coche, sin que mi oculta presencia parezca molestarles en absoluto. Lo difícil fue enfocarlos: no paraban de aletear, de cernirse y picar hacia la superficie del agua encrespada por el viento. Logré capturarlos en varias poses típicas, que todos contemplamos fugazmente, pero pocas veces conseguimos congelar en fotos (yo me volvía loco con el digiscoping hace bien poquito)
Me dieron las tantas, pero mereció la pena..como siempre.
La pagaza piconegra (S. nilotica), tan elegante como de costumbre.
Cientos de cabriolas, sin llegar a posarse nunca en el agua.
Caída en picado...
...y posterior remontada.
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