VENCEJOS
Como cada primavera, los primeros vencejos ya pueblan nuestro cielo. Así ha ocurrido siempre, y es muy grato comprobar que, pese a todo, estos acróbatas aéreos vuelven puntuales a su cita reproductora. El pasado miércoles ya pude observar el primero, y como siempre, a los pocos días ya son cientos.
Es tiempo ahora de emparejarse, de danzar en el cielo y de rápidas cópulas aéreas: no hay tiempo para florituras, la primavera avanza y el tiempo pasa volando…
No habría primavera ni verano sin ellos, de eso no me cabe duda. Sus chirridos estridentes no me molestan en absoluto por las mañanas. Más bien al contrario, son la señal viva de que un año más, el ciclo de la migración se ha cumplido. Y yo duermo más tranquilo.
No habría primavera ni verano sin ellos, de eso no me cabe duda. Sus chirridos estridentes no me molestan en absoluto por las mañanas. Más bien al contrario, son la señal viva de que un año más, el ciclo de la migración se ha cumplido. Y yo duermo más tranquilo.
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